Registra Las Tunas resultados alentadores en la reforestación
La provincia de Las Tunas, celebrará el 5 de junio, el Día Mundial del Medio
Ambiente, con la satisfacción de tener el 18,27 por ciento de su superficie
cubierta de bosques, lo que constituía una vieja aspiración de todo el pueblo,
especialmente de los trabajadores forestales.
Como promedio histórico, cada año el territorio crecía en
apenas un 0,2 por ciento; pero, en esta oportunidad se reporta un incremento de
0.58 con relación al año anterior, cuando se alcanzó el 17,69 por ciento.
Eso fue posible por un mayor empeño de los responsables de
la labor, la selección de las variedades que más se adaptan a las condiciones
edafoclimáticas de la región y la búsqueda de alternativas para enfrentar la
intensa y extensa sequía que afecta a los ocho municipios.
En los resultados que hoy exhibe la provincia inciden
también las prácticas agroecológicas que favorecen el mejoramiento de los
suelos, el riego directo, el desarrollo de las fincas forestales integrales y
el uso de biocompost, humus de lombriz y otros fertilizantes orgánicos.
Durante los últimos años, se potencia la siembra de árboles
autóctonos y protegidos por la Ley Forestal como la caoba, el dagame y el
cedro, a la vez que se trabaja en la disminución paulatina de las especies
exóticas invasoras; entre ellas el algarrobo de la India, la acacia y la
casuarina.
Lo alcanzado hasta hoy alegra; pero, no es suficiente para
un territorio considerado el más desértico del país y uno de los más
deforestados de Cuba.
Se debe potenciar la vinculación del hombre al área y,
seguramente, de esa relación se multiplicarán los ejemplares de especies
maderables y frutales, que son fuentes de alimentos y otros recursos, además de
convertir el dióxido de carbono en oxígeno y favorecer la ocurrencia de
precipitaciones.
Durante una buena parte del siglo 20, en la actual provincia
de Las Tunas había abundantes bosques tropicales, con plantas de hojas anchas y
perennes, los cuales fueron disminuyendo por la acción del hombre, hasta
convertirlos en vegetación de cultivo y pastizales.
Ahora el territorio necesita de todos, no para tener la
floresta de hace 500 años, sino para aumentar paulatinamente nuestra superficie
boscosa.
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