Recuperan y protegen a manglares de Las Tunas

Las Tunas: Acorde con la estrategia ambiental cubana y con el fin de recuperar y proteger a las zonas costeras, los trabajadores forestales de la provincia de Las Tunas han sembrado este año 100 hectáreas de mangles, mayormente el conocido por rojo (Rhizophora mangle) y cierta cantidad del que recibe el común nombre de yana (Conocarpus erectus).
Al mismo tiempo, se adoptan medidas para evitar la tala ilícita de los manglares, cuya rehabilitación constituye una prioridad para este territorio, que limita al sur con el Mar Caribe y al norte con el Océano Atlántico, cuenta con unas 30 mil hectáreas de esos ecosistemas a lo largo de 338 kilómetros de costas y por lo general todos los años es azotado por huracanes e inundaciones.

Esas formaciones vegetales protegen las tierras interiores de las marejadas, las corrientes costeras, los fuertes vientos, la erosión causada por el oleaje, el incremento del nivel del mar, la penetración de virus y enfermedades, y la salinización y el agotamiento del agua potable.
Igualmente amparan las embarcaciones y demás bienes materiales frente a los fenómenos atmosféricos y limitan el paso de sustancias contaminantes hacia los arrecifes coralinos y otros valiosos ecosistemas.
Los manglares también contribuyen a mejorar la calidad del aire y sirven de refugio y fuente de vida a una variada fauna, integrada por peces, crustáceos y moluscos de gran valor nutritivo y alta demanda, además de abrigar a diversas especies de aves, tanto endémicas y autóctonas, como migratorias.
Por su extensión, las áreas de mangles de Cuba ocupan el primer lugar respecto a las de las demás naciones del Caribe, y se ubican en noveno puesto a nivel mundial.
Se trata de una vegetación presente en el 70 por ciento de las costas cubanas y que equivale a más de la cuarta parte de la superficie boscosa con que cuenta este Archipiélago.
Algunos tipos de mangle resaltan, asimismo, por su importancia económica, como es el caso del rojo, que por su gran contenido de tanino se emplea crecientemente en el curtido de pieles y la fabricación de tintes, o la yana y el patabán, de gran valor energético, sobre todo convertidos en carbón.
A pesar de que diversos fenómenos asociados al cambio climático los hacen cada vez más frágiles y vulnerables, y aun cuando son víctimas de indiscriminada tala con fines de lucro, los manglares de Las Tunas, en particular, y los de Cuba, en general, se mantienen bien conservados, gracias a la consecuente política medioambiental de la Revolución.

Correctamente manejados y explotados, los manglares contribuyen a la biodiversidad, el equilibrio ecológico y el desarrollo sostenible de las comunidades.
Tomado de 26 Digital

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