Domingo Alás, el arquitecto del Sol
Se cree que primero
se hizo con piedras y marcas en las paredes de las grutas hasta que el
desarrollo de los conocimientos astronómicos permitió utilizar el Sol y la Luna
para calcular los días y las horas.
Expertos sitúan hacia el siglo VIII a.n.e. la construcción
del primer reloj solar, instrumento que, sin perder sus aplicaciones prácticas,
devino con el transcurrir de los siglos elemento decorativo y monumento
honorario.
En la ciudad de Las Tunas, un especialista ha desarrollado
varias obras y hasta la metodología para la construcción de estos
emplazamientos. Su nombre es Domingo Alás, pero muchos lo conocen como el
Arquitecto del Sol.
-¿Cuándo comenzó este interés por la relación entre la
astronomía y la arquitectura?
-Desde adolescente mi vocación fue por la Física y estudié
mucho de esa ciencia de manera espontánea, pero los avatares de la vida me
llevaron a trabajar en la construcción e impartir clases.
-En 1980 ingresé en la Universidad de Oriente, en Santiago
de Cuba, en la carrera de Arquitectura, en la cual me gustaban mucho los temas
vinculados con la disposición de los edificios en relación con el Sol, y el
dibujo de planos llamados sombrigramas.
-¿Fue esa vocación la que lo llevó a proyectar la plaza
solar dedicada a José Martí?
-La idea fue de la escultora Rita Longa, quien había
realizado la mascarilla en bronce del Apóstol para que fuera iluminada en
determinadas fechas. Primero, se pensó emplazarla en la finca El Cornito, a
cinco kilómetros de la ciudad de Las Tunas, pero ella prefirió el centro
histórico y eso complicó la obra porque el monumento quedaba de espaldas al
Sol.
-Se me ocurrió realizar el artificio físico que recogiera
los rayos de luz y los proyectara en la mascarilla. Luego de consultas con
varios especialistas del país, un colega sugirió incorporar el reloj y
calendario solares. Tuvimos que realizar a lápiz más de 28 mil cálculos para
completar el proyecto, el cual derivó además en ecuación para realizar este
tipo de monumentos, y en software para los cálculos (Dig5).
El impacto simbólico de la Plaza Martiana llevó a la
concreción de otras obras que basan su funcionamiento en la combinación del sol
con esculturas y elementos arquitectónicos. Tal es el caso del memorial Caimito
de Hanábana, en la provincia de Matanzas, donde vivió parte de su infancia el
Héroe Nacional de Cuba.
En Las Tunas, Alás ideó además el reloj solar dedicado a
Armando Mestre, el mártir de los trabajadores de la construcción. Otros proyectos,
incluso fuera de Cuba, esperan por su emplazamiento. Al respecto comenta:
-En 1997 Oswaldo Guayasamín visitó Las Tunas y quedó tan
impresionado por la Plaza Martiana que me pidió otro monumento similar para el
inca Atahualpa, el cual debe construirse en la Capilla del Hombre, en Ecuador.
También realicé el proyecto para el homenaje arquitectónico
a los obreros cubanos que murieron en la isla de Granada durante la invasión de
los Estados Unidos, en 1986.
-Pendientes también están el calendario dedicado a los
estudiantes universitarios y el monumento funerario gigante en el nuevo
cementerio a construirse en Las Tunas, el cual debe tener más de 10 metros de
altura. Me gustaría edificar algún reloj solar en la playa e, incluso,
proyectar otro para que las personas puedan instalarlo en sus casas.
-¿No teme que lo encasillen?
-Soy más conocido por mis relojes y calendarios solares,
pero también he participado en la construcción de viviendas, centros de
servicio y edificios patrimoniales. En 2012, obtuve el Premio Nacional de
Proyectos del Ministerio de la Construcción por el restaurante La Parrillada.
-El arquitecto tiene la responsabilidad de crear obras que
trasciendan tanto por su utilidad como por su carácter artístico, y en mi
quehacer trato siempre de transmitir ese mensaje cultural.
Tomado de 26 Digital
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