Hotel Brisas Covarrubias: Cuatro estrellas que iluminan el Atlántico
La principal
instalación turística de la provincia, festejó su aniversario 14, con un mayor
nivel de calidad en sus ofertas y servicios, como parte de un proceso de
estandarización, emprendido por el grupo Cubanacan S.A.
En una esquina
del acogedor lobby, un visitante con semblante de patriarca, voz de jaranero y
sonrisa escueta vive la alegría del presente. Un leve movimiento de cabeza,
casi tan tenue como el vaivén de las olas que arrullan a unos metros de
nuestras espaldas, es su respuesta a los tantos que pasan y lo saludan.
El hombre levanta
su gorra para verme a los ojos: "Mucha gente como yo retorna, siempre lo
harán", añade en tono rutinario, de una verdad que parece mil veces
repetida. "Es parte del encanto volver a vivir de las cálidas aguas, del
confort del lugar y sobre todo del calor de los cubanos, y de este colectivo
maravilloso de personas."
David Bain es un
jubilado canadiense de 73 años que dedicó parte de su existencia a enseñar a
alumnos de Secundaria Básica. En 1981 decide por vez primera venir a Cuba y
como mismo él confiesa: "La conozco de Baracoa a Pinar del Río." A
inicios del presente siglo, un nuevo destino turístico marcaría su vida
"casi" para siempre: hotel Brisas Covarrubias.
Quiero
repreguntar pero apenas me deja, porque el veterano norteño -tan patriarca como
tan profeta en este lugar- resultó ser un hablantín de primera y pide hasta una
instantánea, y posa para nuestro fotógrafo; nos juega una mala pasada con un
supuesto trago de ron Bacardí, que al final resultó agua; y, en vez de sonreír,
sigue con su derroche oratorio, sin permitir interrupciones:
"Solía venir
con mi esposa, mas de un tiempo acá ya lo hago solo. Tres o cuatro veces al año
aquí estoy, y el actual es mi viaje número 40 a este lugar, en el que ya tengo
toda una gran familia", concluye diciendo con alegría.
Pero David es uno
de los tantos que vuelven a este paraje del norte tunero a disfrutar la vida a
orillas del Atlántico. Y es que precisamente el nivel de repitencia caracteriza
al hotel tunero, pues más del 20 por ciento de los turistas que lo visitan, lo
hacen más de una vez.
Mona Gascon es
Miss Covarrubias 1999. Absorto e incrédulo, voy en su búsqueda. Camino de cara
al mar, en un entorno paradisíaco de playa de fina arena blanca y cristalinas
aguas azul verdosas. Allí bajo una de las tantas sombrillas que dan cobija a
los visitantes está ella. Con su jovial sonrisa y junto a su familia quiere
también fotos, y sobre todo hablar; en inglés, claro está; aunque siempre hay
alguien que te echa una mano, como el guía que la acompaña.
De su avalancha
de palabras logro entender por qué en 18 ocasiones han visitado a
"Covarrubias", pues repite y no deja margen a la duda: "It's
unbelievable, wonderful: es increíble, maravilloso". Y precisa, "solo
tienes que mirar para darte cuenta de su grandeza. El sitio, la gente, la
vegetación, el aire, el sol, la playa, la instalación, la barrera coralina a
menos de 10 minutos en bote tripulado; todo es sorprendente.
"Son unas
delicias periodista estos hechizos naturales, uno se asombra de esos escabrosos
manglares, de los bancos de arenas, del diverso y cercano fondo marino, además
del poder saborear la comida cubana y su gastronomía. Contemplar esta belleza
infinita de inigualables atardeceres, es motivo suficiente para retornar
siempre", finaliza diciendo la emocionada Miss.
A MERCED DEL
ATLÁNTICO
Inaugurado en
1998, con modalidad de todo incluido, el centro dispone de servicios médicos y
de cambio de moneda, sala de internet, telefonía internacional, buró de
atención al cliente, tienda, lavandería y gimnasio. Y los amantes al deporte
pueden disfrutar de áreas para tiro con arco, volibol de playa y tenis de
campo, además de salas para juegos de mesa.
"Villa
Covarrubias" cuenta con una vistosa piscina, bares, discoteca, el airoso
ranchón Vistamar, el anfiteatro, el restaurante, entre otros atractivos, sin
olvidarnos de atributos que la distinguen y la convierten en un lugar
inolvidable, como: la extraordinaria belleza de la playa, el cuidado de la
naturaleza, un servicio de alta calidad, apoyado en su joven y profesional
colectivo, variadas propuestas de animación diurna, nocturna y para niños, y
los deportes náuticos.
El 18 de
diciembre la instalación cumple 14 años de vida. Y durante este largo período
ha recibido a más de 80 mil visitantes físicos y unos 560 mil turistas días. Su
principal mercado es Canadá y Alemania además de los clientes nacionales,
quienes marcaron su impronta, sobre todo en los meses de julio y agosto, con
niveles de ocupación muy provechosos.
El inminente
onomástico no pasará por alto. Múltiples serán las actividades para vivirlo en
familia trabajadores y visitantes, además del reconocimiento a los destacados y
el Torneo de Coctelería, un atractivo siempre muy esperado.
TEMPORADA DE
ALTURA
"Desde hace
algunos meses, apunta, trabajamos en la estandarización que precisa nuestro
Grupo con su marca Brisas. Hemos reorganizado algunos servicios del hotel
teniendo en cuenta las sugerencias de los clientes, quienes podrán disfrutar
novedades como el bar Habana Club, el mini-restaurante especializado en comidas
criollas y la posibilidad de contraer matrimonio dentro del hotel.
"Para
enfrentar esta nueva etapa, muchas de las habitaciones que fueron sometidas a
un proceso previo de reanimación constructiva, ya están totalmente listas. Se
ha trabajado además en acciones decorativas, de pintura, y el mejoramiento de los
locales de servicio y áreas verdes," concluye Kenia.
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