Cuba, bosques en aumento
La vocación ambiental de Cuba cobra tanta magnitud que la
Organización de ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), consideró que
es el país de América Latina y el Caribe con mayor proporción de áreas de
bosques para funciones protectoras.
El informe de la FAO
acerca de la situación de los recursos forestales en 2010, indicó que la Isla
aventaja a en ese campo a Chile, Ecuador y Trinidad y Tobago.
En ese sentido, las autoridades cubanas desarrollan un
programa para incrementar sus zonas boscosas y llegar a tres millones 200 mil
hectáreas para 2015, cuando la extensión será equivalente al 29,3 por ciento
del territorio nacional.
Sus antecedentes contrastan con estadísticas del último
medio siglo, período que en la superficie pasó de 13,4 por ciento en enero de
1959 a 27,27 por ciento en la actualidad, según el Servicio Estatal Forestal
del Ministerio de la Agricultura.
La nueva iniciativa comenzó a aplicarse, con el fomento de
sistemas agroforestales en aras de incrementar la presencia del árbol en el
paisaje, como alternativa para reducir la erosión de los suelos, conservar la
biodiversidad y apoyar la seguridad alimentaria.
Sin embargo, propósito semejante implica la elevación del
ritmo de siembra de posturas mediante la incorporación de lugares que aún no
han sido incluidos en el patrimonio boscoso y en su identificación se debe
emplear la aviación comercial para fotografiarlo.
Gustavo Rodríguez, ministro de la Agricultura, fue más
explicito sobre el particular y sostuvo que la actividad forestal está
comprendida entre las prioridades del organismo para promover la producción de
alimentos y el auge de la biodiversidad.
Hecho elocuente es que instituciones nacionales persisten en
fomentar sus siembras, sobre todo de más de 60 mil hectáreas de nuevos arbustos,
incluidas las llamadas plantaciones intensivas o de máxima calidad.
Esos planes pretenden no sólo restablecer el espacio dañado
por incendios, huracanes o la acción humana, sino además incrementar y
recuperar los recursos forestales en peligro de extinción, como la palma real,
el cedro y otras especies maderables y frutales.
Las cuencas hidrográficas de interés nacional, en particular
las de los ríos Toa, Mayarí y Cauto, en el oriente del país; Zaza, en el
centro; y Almendares y Cuyaguateje, en el occidente, serán regiones
jerarquizadas para tales cultivos.
Otro de los objetivos está encaminado a reducir la tala en
áreas montañosas, el fomento de trochas cortafuegos, la capacitación de
guardabosques y el incremento de la educación ambiental sobre el rol de los
bosques en la supervivencia humana.
En contraposición, organismos internacionales estiman que
cada año desaparecen alrededor de 13 millones de hectáreas de los cuatro mil
millones con que cuenta el planeta, por efectos, esencialmente, del irracional
sistema de producción, consumo y distribución de los países desarrollados.
Los bosques albergan el 90 por ciento de la biodiversidad
terrestre, sirven como filtro al 60 por ciento del agua del orbe y su
preservación podría contribuir a la erradicación de la pobreza. (AIN)
Tomado de 26 Digital
Comentarios