En el norte Tunero, se extiende el cultivo del garbanzo
Mi colega Pastor Batista estuvo por el norte de nuestra provincia y pudo constatar allí cuánto ha crecido el cultivo del garbanzo por esos lares. Hace unos años pude ser testigo del renacer de este preciado grano y hoy los dejo con este interesante trabajo que revela que unas 500 hectáreas fueron plantadas .
La cosecha del garbanzo involucra otra vez a numerosos productores del norte tunero.
Unas 500 hectáreas fueron plantadas de este grano que, si bien no satisface la creciente demanda, sí ayuda a aliviar necesidades internas frente a la incierta tendencia que están delineando los alimentos en la arena internacional.
Buena aceptación tuvieron el pasado año en Las Tunas las más de 180 toneladas de ese producto, vendidas fundamentalmente en placitas y mercados agropecuarios estatales, en tanto otra parte se destinó a semilla para asegurar la nueva siembra.
Según explica Jorge Conde Álvarez, especialista de granos en la subdelegación de cultivos varios de la agricultura tunera, estas 500 hectáreas superan la superficie plantada anteriormente, a la vez que extienden labores a siete de los ocho municipios de la provincia, al sumarse Manatí, Colombia y Amancio Rodríguez.
Siguen creándose, así, bases para arraigar más esa planta, que se cosecha desde tiempos pasados en las actuales zonas de "Jesús Menéndez" y Puerto Padre, con mayor auge en los últimos años.
No tan "sensible" como el frijol, frente a la sequía y al embate de las plagas, el garbanzo halla adeptos, sobre todo en el sector campesino, donde emerge como buena opción para quienes carecen del agua y de las condiciones de riego que sí requieren otros granos.
Aún así, y en medio de las adversidades económicas de hoy, la agricultura pudo ofrecer cierto respaldo con pesticidas, fungicidas, FitoMas, fertilizantes y combustible, sobre la base del contrato previamente fijado con productores del territorio.
Pero no solo en ese cultivo o en la necesidad de incrementar sus rendimientos, centra atención la provincia. Las estadísticas también reportan alrededor de mil 200 hectáreas destinadas al frijol, cuyos primeros resultados anuncian mejor comportamiento que en la campaña precedente, aunque distante todavía de lo que puede lograr la agricultura y de lo que realmente demanda el consumo nacional.
La cosecha del garbanzo involucra otra vez a numerosos productores del norte tunero.
Unas 500 hectáreas fueron plantadas de este grano que, si bien no satisface la creciente demanda, sí ayuda a aliviar necesidades internas frente a la incierta tendencia que están delineando los alimentos en la arena internacional.
Buena aceptación tuvieron el pasado año en Las Tunas las más de 180 toneladas de ese producto, vendidas fundamentalmente en placitas y mercados agropecuarios estatales, en tanto otra parte se destinó a semilla para asegurar la nueva siembra.
Según explica Jorge Conde Álvarez, especialista de granos en la subdelegación de cultivos varios de la agricultura tunera, estas 500 hectáreas superan la superficie plantada anteriormente, a la vez que extienden labores a siete de los ocho municipios de la provincia, al sumarse Manatí, Colombia y Amancio Rodríguez.
Siguen creándose, así, bases para arraigar más esa planta, que se cosecha desde tiempos pasados en las actuales zonas de "Jesús Menéndez" y Puerto Padre, con mayor auge en los últimos años.
No tan "sensible" como el frijol, frente a la sequía y al embate de las plagas, el garbanzo halla adeptos, sobre todo en el sector campesino, donde emerge como buena opción para quienes carecen del agua y de las condiciones de riego que sí requieren otros granos.
Aún así, y en medio de las adversidades económicas de hoy, la agricultura pudo ofrecer cierto respaldo con pesticidas, fungicidas, FitoMas, fertilizantes y combustible, sobre la base del contrato previamente fijado con productores del territorio.
Pero no solo en ese cultivo o en la necesidad de incrementar sus rendimientos, centra atención la provincia. Las estadísticas también reportan alrededor de mil 200 hectáreas destinadas al frijol, cuyos primeros resultados anuncian mejor comportamiento que en la campaña precedente, aunque distante todavía de lo que puede lograr la agricultura y de lo que realmente demanda el consumo nacional.
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