Entre gaviotas se tejen esperanzas
Texto y fotos: Leonardo Mastrapa
Todo es distinto en Cayo Juan Claro, menos sus gaviotas, que como de costumbre vuelan en el horizonte y que con su crujir le anuncian al visitante la llegada al Puerto. Sobre este pedazo de tierra del norte oriental, unido por el único pedraplén tunero, la realidad se entreteje entre la destrucción dejada por Ike y el esfuerzo de muchos hombres por revertir los daños en el menor tiempo posible
Puerto Carúpano exhibe un panorama desolador. La casi totalidad de las viviendas quedaron parcial o totalmente destruidas, al igual que sus inmensas instalaciones, en su gran mayoría portuarias, las redes eléctricas muchas están en el suelo, su floresta apenas existe y hasta el mar arrastra se entrega en olas de color negruzco…
Sin embargo si fuertes fueron los vientos de Ike, más enérgicos son los brazos de los que hoy reconstruyen con esfuerzo propio este Cayo de tradiciones y leyendas.
La Empresa de Servicios Portuarios Carúpano, muy conocida como la Terminal de Azúcar a Granel es el objetivo central de mi visita. Qué sucedió con esta enorme instalación inaugurada por Fidel, qué destino tomaron las casi 6 mil toneladas de azúcar que estaban en las dos inmensas naves que hoy apenas tienen cubierta, qué hacen sus 151 obreros para permitir que haya zafra aquí en la próxima contienda azucarera. Pues los invito a un recorrido por este sitio bañado por las aguas del Atlántico y en el que hoy también se puede escribir un antes y un después de Ike.
LO QUE SE HIZO
Puerto Carúpano era un blanco perfecto para Ike y así fue. Cuando se conoció de su trayectoria rápidamente se tomaron un gran número de disposiciones contempladas dentro del plan de medidas contra catástrofe, como el aseguramiento de grúas, la evacuación de los productos vulnerables, la soldadura de las puertas de los almacenes, el tapado de toda la azúcar… Se trabajó con gran intensidad, pero el huracán superó lo que la imaginación humana nunca pensó que sucediera…
LO QUE HIZO
Por doquier hay perjuicios. La gigantesca Empresa presenta una imagen realmente conmovedora: pérdida de la cubierta del almacén 1, el de insumos y el 60 por ciento de la nave 6, detrimento de la estructura y del techo del local de recepción, caída del tanque de agua de 60 toneladas, ubicado a 20 metros de altura, de la cual se abastecía toda la Terminal y la población, las paredes de dos almacenes fueron al piso, y todas las casetas motrices de los conductores perdieron las cubiertas laterales y superiores. El comedor y el merendero también sufrieron los embates del ciclón…
QUÉ SE HACE
Quién mejor que José Musa Guntin, su director, para ofrecernos estos detalles:“Hombres y mujeres recopilan todo el cinc para clasificarlo, mejorarlo y tratar de techar la recepción y el almacén chiquito, igualmente se labora en la hermetización de los depósitos, alimentar el centro de carga que da vitalidad al almacén uno con el objetivo de la extracción (ya están las condiciones mínimas para ello).
“Con el funcionamiento del grupo electrógeno habilitamos una casa bomba para distribuir el preciado líquido a los pobladores y a la instalación, esto nos ha permitido además la conservación de los alimentos y la realización de múltiples tareas que requieren de energía eléctrica.”
También se trabaja en toda la parte eléctrica, en la recogida de escombros, en la reparación de los conductores colocación de las cubiertas que no fueron dañadas…
Y EL AZÚCAR
Supuestamente al perder las cubierta las naves, una parte se mojó, sobre todo la que está en la cima y al costado de las inmensas pilas, pero su casi totalidad se prevé refinerarla para su optimo aprovechamiento, otra se perderá y la que está seca tiene condiciones para la comercialización.
EL ALIENTO
Lo que más me impresionó no fue solo escucharle a Musa una y otra vez que aquí se hacía zafra en la vendiera contienda, sino a varios de los trabajadores con quien compartí. No hay dudas de que los hombres se crecen ante las adversidades y esta es quizás la prueba más dura que la naturaleza le ha puesto a los portuarios de nuestra Terminal de Azúcar. Confiados estamos que sabrán salir adelante, no sin antes haber hecho una proeza que esperamos, por qué no, reflejar en estaspáginas. Sí entre gaviotas hoy en Cayo Juan Claro se tejen esperanzas, entre estos hombres crecerá una historia digna de ser admirada.
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