Teatro Tunas: 60 años En el corazón de la ciudad
Por Zucel de la Peña Mora y Leonardo Mastrapa
No solo por su ubicación geográfica el Teatro Tunas se encuentra en el corazón de la ciudad, sino que por su función social él vive y late como parte de un pueblo que ha descubierto su magia y el poder que lo hace estar allí, obsequiándole al tunero formas imperiosas de subsistir.
Hoy, desde que las primeras luces del alba iluminaron el gigantesco y rejuvenecido inmueble, la institución abrió sus mamparas a los caminantes y curiosos, pero de una forma diferente.
Han pasado entonces 60 años de que por primera vez se descorrieran las mágicas cortinas del Teatro Tunas, por aquel entonces Teatro Riviera, el tercero de mayor capacidad del país.
De la fecha a entonces cuántas generaciones habrán entrado por sus puertas. Cuánta historia albergan estas paredes. Miles de películas, figuras y grupos de reconocido nivel nacional y e internacional le han dado brillo a su extenso currículo. Cuántos momentos inolvidables, como uno bien reciente, aquel 7 de mayo del 2006 cuando después de un extenso deterioro se ponía fin a la primera etapa de una reparación capital que vistió de nueva, con un confort y ambientación envidiables, la emblemática institución.
No bastaría entonces ni el más prolongado aplauso para premiar su existencia. Quizás estas palabras de la gran Alicia Alonso, de visita hace solo unos días, sintetizan seis décadas de inmensa gratitud:
“Un teatro es el espacio mágico en que asoma la cultura, la imaginación y la creatividad. Que el Teatro Tunas siga cumpliendo su hermosa tarea.”
Y no hay dudas de que lo ha hecho. Gran parte de todo lo más importante que ocurre en Las Tunas tiene su sede allí. Pero como centro promotor del Séptimo Arte es ejemplo también entre sus semejantes, pues sobrecumple su plan de recaudación y de espectadores. Y es sin dudas el aliciente artístico primordial del Balcón del Oriente Cubano.
Baste solo mencionar algunos de los más importantes eventos de la provincia de los que es sede o subsede permanente este recinto y tendremos una idea exacta de su trascendencia: La Cucalambeana, el Festival Boleros de Oro, el Cinemazul, el Ánfora, el Encuentro de Guitarras, El Aguijonazo, las jornadas A tiempo con la danza, y la provincial de Conciertos el Festival de Cine Latinoamericano, y el Francés, y el de música popular Barbarito Diez, entre otros.
A decir de Jorge Smith, su director el Teatro llega a su aniversario 60 con notorias perspectivas. Aquí no se cesa en el empeño de buscar todos los días un servicio superior, y en ello vamos avanzando. Ya contamos con un sistema de sonido estereofónico para las presentaciones cinematográficas y estamos en vías de sustituir todo el aforo actual del escenario, la “caja negra”, es decir, cada una de las cortinas. Entramos en la segunda etapa de las reparaciones. Se trabaja con apremio en la cubierta del balcón y de lo que restaba de la platea, así como en la mecánica escénica. “El pueblo debe saber que nosotros no nos detendremos en nuestro constante hacer.” Afirma quien ha sido inspiración del constante y excelente bregar del Teatro.
Cabe entonces preguntarse una vez más: ¿Qué sería de esta tierra sin él? Felicitaciones y que nunca, pero nunca se agoten tus alas.
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